La financiación externa en la franquicia
El propio mercado ha ido regulando una excesiva dependencia de la financiación externa a la hora de emprender con una franquicia. No sólo hace falta hoy ya disponer del dinero, ni basta cualquier plan de negocio para conseguir que nuestra empresa triunfe bajo este modelo.
Uno de los riesgos con los que se puede encontrar el franquiciado es que, incluso habiendo reunido los requisitos para recibir financiación externa, no se cumplan las previsiones de la media de ingresos que esperaba obtener, por lo que llegado a cierto punto sus resultados empiecen a ser negativos.
La propia configuración de la franquicia como empresa permite al empresario proteger su capital personal para que no tenga que responder con su patrimonio debido a las deudas, a diferencia de lo que pasaría por ejemplo con un autónomo. No obstante, el coste de oportunidad y la pérdida de la inversión personal sí que pueden suponer un difícil varapalo.
¿Cuál es una de las claves para emprender una franquicia con más seguridad y menos riesgo? No depender excesivamente de la financiación externa, que hará subir los gastos de la empresa en intereses bancarios, y tratando de cerrar un plan donde se diversifiquen las fuentes de financiación.
Otra de las claves es no concentrarse sólo en los aspectos financieros, sino ser muy activos en la puesta en marcha del plan de marketing a fin de cumplir con las previsiones de ingresos determinadas en el plan de negocio.
No es solamente la marca de la franquicia lo que vende, sino la adecuación del establecimiento local a los valores y metodologías que la hicieron grande y que le pueden permitir obtener unos buenos resultados. Debe sacarse rendimiento a cada euro invertido.
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